29 mar 2010

Sant Llorenç del munt i l'Obac - L'hostal de Sant Jaume de Vallhonesta

Historias y leyendas de Sant Llorenç del Munt i l'Obac

                                      L'hostal de  Sant Jaume de Vallhonesta

 
Sant Jaume de Vallhonesta, situado a unos 500 m de altitud al norte del término de Sant Visenç de Castellet, constituyen hasta mediados del siglo XIX unos de los principales puntos de referencia del camino entre Barcelona y Manresa. El conjunto de edificaciones comprende el mas, de enormes proporciones a pesar de que se encuentra en ruinas, el hostal, también en ruinas y separado de la casa por  una era embaldosada, y una ermita, de origen románico y restaurada en el siglo XV. El mas tenía en la parte inferior los establos en la parte superior un piso para los colonos y otro para los dueños. Como hecho curioso se recuerda la presencia de un gran billar de competición en una de las estancias de la casa. Desde Sant Jaume de Vallhonesta es espléndida la panorámica que se observa sobre la riera de Matarrodona y sobre el Torrent de l’Infern, en sus tramos finales, antes de confluir cerca de la imponente masía del Farell.
Son muchas las leyendas y cuentos que toman como escenario Sant Jaume de Vallhonesta. Su localización geográfica, a pie del antiguo camino real, propició un ir y venir permanente de personas, carruajes y rebaños, que a menudo atrajeron la presencia de bandoleros y otros ladrones de caminos.
Así, por ejemplo un día por la tarde llegó al hostal un hombre con una mula. Dejó en el patio del animal, que iba cargado con dos portadoras, y fue a ver a los masovers  porque quería pasar la noche en el  hostal. Pero de vuelta hacia el patio vieron los perros de la casa ladrando y husmeando las dos portadoras. Los colonos, que ya habían visto de todos colores, no dudaron en mirar el interior del carro, pues salieron dos ladrones. Enseguida avisaron al somatén y los ladrones fueron detenidos.
En otra ocasión llegó al hostal un hombre de apariencia muy noble, vestido con una casaca con botones de oro  y acompañado por tres mozos con tres mulas cargadas hasta arriba de todo. La situación era poco habitual y provocó los comentarios de todos los que ese día estaban en el hostal. El misterioso personaje, tras acordar el precio con los masovers ordenó a los mozos que llevaran las mulas a los establos, pero no había acabado de dar órdenes cuando de repente se oyó un revuelo con gritos y correderas, y apareció un bandolero con una espada en la mano. Se acercó al hombre que había recién llegado y con la punta de la espada le fue arrancando todos  y cada uno de los botones de oro de su casaca. Cuando los tuvo todos huyó en medio de la perplejidad de todos.
Texto extraido del libro Històries i llegendes de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. Editorial: Farell

22 mar 2010

Sant Llorenç del munt i l'Obac - Casassaies

Historias y leyendas de Sant Llorenç del Munt i l'Obac

                                                                   can Casassaies                 



Pocos días después de los hechos de Can Flequer, el grupo de Marcel.lí Massana volvía a pisar tierras del Bages sur, con la intención de sabotear líneas de alta tensión. En esta ocasión estaban descansando en Casassaies, cerca de Can Flequer, también del municipio de El Pont de Vilomara i Rocafort (entonces Rocafort y Vilumara).

Mientras el grupo de maquis se disponía a comer, el hijo pequeño de los colonos entró corriendo a la casa advirtiendo que tres guardias civiles se dirigían al caserío. El grupo se escondió en las estancias del segundo piso y la casa quedó en absoluta calma. Cuando llegaron los civiles, un cabo y dos números pidieron a los campesinos, si habían visto desconocidos en los alrededores. La respuesta fue, naturalmente negativa, y los civiles se dispusieron a hacer una inspección rutinaria de la casa.
Un guardia quedó en la puerta, otro al pie de la escalera que conducía al primer piso y el cabo inspecciono la planta baja. Cuando lo hubo hecho, subió al primer piso y allí encontró algunos libros de la CNT y la FAI lo que irritó al cabo, que obligó al campesino a mostrarle el segundo piso. En la primera habitación que entraron estaba llena de paja, (bajo la paja el maquis tenían escondidas las metralletas). El cabo con el "naranjero" (fusil) en la mano, ordenó al colono que revolviera la paja. El pobre hombre, con una horca en la mano, obedeció la orden pero con poca convicción, lo cual no gusto nada al cabo, que visiblemente airado le recriminó su actitud. La tensión crecía por momentos. Finalmente la fuerza dejó al descubierto una metralleta. Seguidamente el cabo fue sorprendido por el cañón de un nuevo largo que le encañona mientras una voz le ordenaba que no se moviera ni un pelo. Entonces todo sucedió en décimas de segundo. Un gesto del civil con su fusil fue contestado con un solo tiro que lo dejó muerto. Inmediatamente los dos números que quedaban en la planta baja huyeron corrientes mientras eran tiroteados desde las ventanas. Uno de ellos fue herido, pero ambos pudieron escapar.
En Massana no consideró conveniente perseguirlos. La táctica habitual del maquis era la de evitar la confrontación directa, a menos que fuera realmente necesario. Sabían que por cada civil muerto el régimen franquista, podía enviar cien por sustituirlo. Por otra parte los hombres del maquis habían convenido que si alguna vez uno de ellos resultaba herido, sería rematado ya que pondría en peligro la seguridad de todo el grupo, que basaba buena parte de su éxito en la permanente movilidad.
Como en la anterior ocasión, había que dejar los colonos de can Casassias sanos y salvos tras los Pirineos. En aquella ocasión el despliegue de guardias civiles para encontrar la guerrilla  fue espectacular. Sin embargo, caminando de noche y escondiéndose durante el día, se fugaron del sitio. Sin embargo, este suceso y el desmantelamiento de las dos masías amigas que tenían en Rocafort, aconsejó cambiar el escenario de las actividades guerrilleras del grupo de Marcel.lí Massana.

Texto extraido del libro Històries i llegendes de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. Editorial: Farell










 

 





















 





















 






















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17 mar 2010

Sant Llorenç del munt - L’ Espluga de l’Andaló

Historias y leyendas de Sant Llorenç del Munt i l'Obac

                                   L’ Espuga de l’Andaló, refugio de republicanos



La cueva o balma de l’Andaló es una cueva natural de Rellinars que se encuentra justo en el cruce de dos caminos: el que se dirige desde el pueblo hasta las Fuentes y lo lleva a las Casas, formando parte del cauce de una riera sin agua de hace mucho años, excepto en diciembre de 1996. El nombre del espacio viene dado por la familia que cultivaba la tierra de los alrededores. Esta cavidad está cerrada,  en su parte exterior, por una construcción bastante deteriorada que vendría a reproducir la fachada de una casa. Todo el mundo recuerda haber visto este lugar tal como se encuentra en la actualidad, y de sus posibles funciones se le atribuyen la de ser un habitáculo para descansar de las tareas del campo.
Algunos habitantes de Rellinars aún recuerdan la cueva por unos hechos que sucedieron a finales de la Guerra Civil, durante la retirada del ejército republicano. Con buena parte de jóvenes y hombres movilizados en el frente, en  el pueblo estaban las mujeres, los niños y aquellos que por cuestiones de edad no habían sido llamados a filas. Con la retirada,  los comentarios que llegaban sobre el comportamiento de los soldados a medio camino entre la realidad y la leyenda negra-hicieron que la mayoría de hombres que estaban en el pueblo buscasen un lugar donde esconderse, mientras la guerra se producía. En la balma de l’Andaló se cobijaron tres o cuatro hombres mayores y algunas familias, con bastantes niños, que abandonaron sus casas y esperaron alrededor de una semana en este lugar, y también una pareja de Barcelona. Parece ser que fueron buena parte de los habitantes de la actual calle de Heribert Pons y algunos de la zona llamada del Serrat, que se establecieron con paja, algún colchón y mantas, y que la mayoría se quedaban a dormir.
Un día una chica, al volver de la cueva después de una salida al pueblo por fuera a buscar alimentos, fue seguida por un grupo de milicianos; esta, al oír los gritos que se detuviera, corrió asustada y llevó a los  soldados hasta el escondite. Al llegar se vivieron momentos de tensión, todos fueron obligados a salir fuera y los milicianos les hicieron varias preguntas mientras los encañonan con sus fusiles. Después de la confusión y los temores, los soldados abandonaron el lugar sin más. 

Texto extraido del libro Històries i llegendes de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. Editorial: Farell



 

13 mar 2010

Sant Llorenç del munt i l'Obac - Fonts de Rellinars

Font de la Saiola - Font del Trull - Pou de la Pedregosa - Font de la Pedregosa - Font de Carlets - Font dels Llaminers - Font del Conill - Casa nova de l'Obac


Sant Llorenç del munt i l'Obac - Font del Càntir

Font del Ginjoler - Casajoana - Font del Càntir - Barraca d'en Ramon - Font de l'Esbarzer - Les Ferreres - St Felip Neri - Gibert de Baix - El Moli de Rellinars




Sant Llorenç del munt i l'Obac - La Calsina

La Calsina - Font de la Portella -Casa Vella de l'obac- plans del Tossal de l'Aliga





11 mar 2010

Sant Llorenç del munt i l'Obac - Can Flequer

Historias y leyendas de Sant Llorenç del Munt i l'Obac
                                              Els Maquis a can Flequer




Can Flequer es una antigua masía del municipio de El Pont de Vilomara i Rocafort, hoy deshabitada, que convirtieron en centro de apoyo logístico de la lucha guerrillera antifranquista (maquis) durante los años cuarenta. El episodio sucedido a finales de junio de 1949 en can Flequer fue protagonizado por el grupo capitaneado por Marcel.lí Massana (a) "Panxo" que en aquella ocasión estaba integrado por el legendario Ramon Vila Capdevila (a) "Caracremada" además de 'otros como JB (a) "Sencillo", J. Puig (a) "Tallaventres", M.Z. (a) "Gachas manchegas", Jordi Pons (a) "Tarántula", "La Rana", "Pometa", etc.

La familia que llevaba la granja del Panadero-antiguos militantes anarquistas y amigos de Massana-recibió la notificación que el propietario de la finca, el Sr.. Fontfreda, iría a pasar unos días en la masía de su propiedad. Enterado en Massana de tal hecho, decidió secuestrarlo para pedir un rescate y así aliviar las escasas finanzas del grupo.

El Sr.. Fontfreda acompañado de su hijo, un sobrino y el entonces juez auxiliar del Pont de Vilomara i administrador forestal de la finca Sr.. Jaume Casajoana (a) "Magrans" fueron hasta en Rocafort con el coche de línea y desde allí se dirigieron a pie hasta can Panadero. Mientras estaban desayunando en la fuente del Flequer fueron asaltados y hechos rehenes por maquis.

Durante el día guerrilleros y rehenes permanecieron en el interior de la casa jugando al "tute" para hacer más entretenida la larga espera. Debían estar juntos no menos de veinte y cuatro horas, tiempo necesario para que el hijo del Sr.. Fontfreda fuera a Barcelona y volviera con el rescate pactado entre Massana y su padre: cien mil pesetas.

Al atardecer, maquis y rehenes, salieron de la casa para disponerse a pasar la noche en el bosque-práctica habitual y preventiva del maquis-. Aprovechando un momento de descuido en "Magrans" intentó fugarse pero fue descubierto y herido a tiros en la pierna y el cuello. Se produjeron unos momentos de desconcierto y tensión, algún miembro del maquis hubiera querido escarmentar drásticamente la osadía del juez, la mediación de Massana embargo, fue decisiva; ordenó que alguien fuera a la casa a buscar agua oxigenada y venas para curarlo
. Pasaron la noche sin más obstáculos. Antes, en Massana había indicado a Ramón Vila "Caracremada" y en "Sencillo" la conveniencia de que la familia del colono-matrimonio y cuatro hijos-iniciara el camino hacia la frontera francesa.

A la mañana siguiente el hijo de Fontfreda y su primo llegaban en coche hasta Can Bitó y desde allí subió a pie el camino hacia la finca de su padre. En Massana salió a su encuentro y al preguntarle sobre el dinero el muchacho respondió:-Si a usted no le parece mal, preferiría entregar el dinero a mi padre, que fue quien me ordenó que los llevara. En Massana accedió con admiración semejante atrevida petición.

Una vez tuvieron el dinero, dejaron en libertad a los rehenes y se escondieron por las montañas de alrededor a la espera de la llegada de la noche para enfilar el camino de la frontera.


Texto extraido del libro Històries i llegendes de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. Editorial: Farell 






                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

Sant Llorenç del munt i l'Obac - El Farell


     Historias y leyendas de Sant Llorenç del Munt i l'Obac
                                            
                                                        El tesoro del Farell




El imponente mas del Farell se alza sobre la colina que separa el curso de los arroyos de Santa Creu y Matarrondona, poco antes de su confluencia. En el siglo XVII había sido una masía fortificada, posiblemente para defenderse del ataque de bandoleros.
Sobre los orígenes se dice que era uno tal señor Farrell, no Farell quien hizo construir un castillo amurallado con los prisioneros que conseguía cuando iba a las cruzadas de Tierra Santa. Paso  el tiempo y se dijo Farell.
Sobre el tesoro: Corría el tiempo en que España era dominada por las tropas de Napoleón, que estaban gobernadas por su hermano llamado Pepe Botella. Se ve que le gustaba y que utilizaban el Castillo del Farell como cuartel general donde estaba toda la plana mayor militar francesa y donde iba a parar también todo lo que afanaban de oro, plata y joyas. Pero llego el día en que los catalanes se sublevaron y los franceses tuvieron que huir cargando dos cofres llenos de monedas de oro, plata, joyas, planos y papel de tipo militar. Los catalanes los perseguían muy de cerca y no tuvieron más remedio que esconder los dos cofres a la cepa denominada Roure Gros, que estaba situada entre el camino viejo de Farell y Matarrodona. Pasaron muchos años y los franceses que lo habían escondido  se lo explicaron a unos amigos españoles. Cuando estos acudieron al Roure Gros ya hacía muchos años que lo habían cortado y todo el bosque de alrededor  también, cambiando toda la panorámica, y no lo pudieron encontrar.


Texto extraido del libro Històries i llegendes de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. Editorial: Farell 

6 mar 2010

Descenso del Torrent de Vallmala




Accedimos por el Aeri de Montserrat (5.40e). En dirección a la Santa Cova, llegamos a una pequeña plaza que forma parte del camino que lleva a la Santa Cova, tenemos que buscar una reunión instalada en un árbol en la izquierda orográfica, para descender un rápel de 16m.

















 Aquí el Skalopendro Luis preparándose para descender el primer rapel. Despues observaremos un pasamanos de acero que nos lleva hasta la reunión del siguiente rápel, evitando así la posibilidad de caer en el interior de una badina putrefacta.







A partir de ahora los rápeles son encadenados y avanzamos mucho más rápido. Encontraremos los siguientes rápeles 15, 10, 20, 30, 20, 15.





























Después del 7º rapel nos encontramos a nuestra derecha un pequeño agujero con un pasamanos hasta la reunión del rapel de 15 m. Paso un poco delicado, resbala con pared mojada.
 



















Hay reuniones para realizar los rapeles pero con un poco de cuidado se puede descender  por los pasamanos.

Zona de resaltes un poco delicada con agua, resbalón al canto.











































































Barranco descendido: 6 de Marzo de 2010; estado de la equipación: En buen estado, menos en algunos tramos de los resaltes el pasmanos esta un poco deteriorado. Aproximación: Inmediato con el aereo(5.40e). Retorno: Inmediato.Tiempo: 3.30h mas o menos, varia según grupo.Escapes : Si, varios.

Material: Cuerdas: 2 x 30 m + la de socorro. Época recomendada: Todo el año, si queremos encontrar agua mejor después de lluvias. Material personal obligatorio: Casco, Arnés, Cabo de anclaje con mosquetones, descensor y mosquetón con seguro.


Nota:Este barranco ha sido regulado en julio de 2008 y desde entoces se prohibe descender el primer tramo. Según nos han informado los responsables del parque en la actualidad el descenso permitido empieza en la caseta del funicular de la Santa Cova y puede descenderse hasta la carretera de Collbató. (Mirar la topo)